top of page
tejido adiposo.JPG

Casi el 28 % de la población uruguaya sufre de obesidad, una condición entendida como un importante factor de riesgo de enfermedades no transmisibles.

 

Más allá de las herramientas nutricionales, en aquellas personas con obesidad mórbida—se le llama así porque el peso excesivo que sufre la persona ocasiona problemas de salud y reduce su esperanza de vida—, uno de los métodos que se utilizan para ayudar a la reducción de peso es la cirugía bariátrica.

 

Esta intervención no puede aplicarse a todos los pacientes y sus resultados varían según cada persona.

​

Para comprender cómo se desarrolla la obesidad en la población uruguaya y colaborar con pacientes que se someten a esta cirugía, la ciencia investiga desde el punto de vista genético, metabólico y bioinformático para dar herramientas a los médicos.

  OBESIDAD  

UNA ENFERMEDAD EN EL ADN URUGUAYO

Si bien la obesidad suele considerarse por sus implicancias estéticas, lo cierto es que es una enfermedad crónica que supone un factor de riesgo importante para la salud, asociada a mayor probabilidad de sufrir hipertensión arterial, diabetes y algunos tipos de cáncer. Según datos nacionales, 27,3 % de los uruguayos es obeso, y esas enfermedades vinculadas a ella son las principales causas muerte.

​

La cirugía bariátrica —que es indicada por los médicos para pacientes con obesidad mórbida o que cuya salud está en jaque debido al exceso de peso— es una herramienta de tratamiento para quienes sufren de obesidad. Existen varias técnicas para realizar esta cirugía, pero, en general, la técnica de manga gástrica o la de bypass gástrico son dos de las más aplicadas en Uruguay.

 

El beneficio de esta intervención es que permite mejorar los parámetros metabólicos del paciente y ayuda a perder el exceso de peso, lo que reduce el riesgo de que se presenten problemas de salud potencialmente mortales. Por supuesto, la cirugía debe complementarse con hábitos saludables para que realmente tenga un impacto positivo y a largo plazo en la calidad de vida del paciente.

​

Ahora bien, ¿es posible determinar con anterioridad a la intervención quirúrgica cómo va a responder el paciente? ¿Por qué la patología se comporta de distintas formas según las personas? Un grupo de investigadores del Institut Pasteur de Montevideo están abocados, precisamente, al estudio del genoma de personas atendidas en el Hospital Maciel que sufren obesidad y se someterán a una cirugía bariátrica para responder este tipo de preguntas.

ENTRE LO BÁSICO Y LO CLÍNICO

Desde hace cuatro años, investigadores de dos laboratorios y una unidad tecnológica del IP Montevideo están trabajando con la Clínica Médica 3 y las Clínicas Quirúrgicas 1 y 3 del Hospital Maciel con el objetivo de hacer un seguimiento de aquellos pacientes que sean sometidos a cirugías bariátricas.

​

IMG_1149.jpg

Carlos Escande es el investigador principal del Laboratorio de Patologías del Metabolismo y el Envejecimiento, y también responsable de este proyecto conjunto con el hospital. “Junto al Laboratorio de Genética Molecular Humana del instituto nos enfocamos en buscar algunos biomarcadores en plasma de pacientes que se atienden en el Maciel para determinar cómo es su evolución luego de la cirugía bariátrica. A la vez, parte del proyecto implica hacer un análisis genómico, junto a la Unidad de Bioinformática del instituto, para identificar variantes en la población uruguaya que puedan estar vinculadas con el desarrollo de la patología”, explica el científico.

​

Si bien hoy el trabajo que se hace en el IP Montevideo no tiene vinculación directa con los pacientes, la investigación apunta a ofrecer respuestas a las preguntas que surgen del área clínica. “Trabajamos en los laboratorios con modelos animales de obesidad y de síndrome metabólico. Hicimos algunos hallazgos y queremos ver si algunas de las cosas que creemos que puede tener un valor diagnóstico o premonitorio para la evolución de la cirugía tienen validez”, comenta Escande.

 

Por eso se trata de un proyecto a largo plazo. Si bien uno de los objetivos es responder preguntas que tengan efectos a la hora de definir los tratamientos para los pacientes, aún está en una etapa de investigación básica, es decir, todavía buscan determinar si hay valores predictivos en algunas marcas en función de cómo evolucionan los pacientes.

ANTICIPAR LA EVOLUCIÓN DEL PACIENTE

IMG_1109.jpg

En concreto, la investigación conjunta entre el Laboratorio de Patologías del Metabolismo y el Envejecimiento y el de Genética Molecular Humana, ambos del instituto, implica el análisis de sangre de los pacientes en tres momentos: antes de la cirugía bariátrica, inmediatamente después y luego de seis meses. 

​

“Vemos cómo van evolucionando esos marcadores en el paciente y comparamos eso con cómo va evolucionando su estado clínico. Hay pacientes que se mantienen en un estado saludable, mientras que otros revierten y vuelven a estar enfermos. Entonces intentamos responder cómo se correlaciona esa evolución de los pacientes con esos marcadores que estamos siguiendo”, indica Escande.


En el caso de la Unidad de Bioinformática del instituto, su participación será en otra etapa del proyecto. Su objetivo será estudiar el genoma de los pacientes operados en el Hospital Maciel para determinar si existen variantes a nivel genético que puedan ayudar a entender cómo se comporta la patología en una determinada persona.

“Sabemos que hay algunas variantes, porque ya existe literatura al respecto, pero queremos ver si encontramos algo nuevo”, dice Escande. El fin será saber si es posible predecir, antes de que se realice la intervención, cómo va a evolucionar un paciente en función de determinados biomarcadores en sangre.

 

“Además, queremos ver si con esa información se pueden generar comportamientos que ayuden al paciente, más allá de la cirugía en sí. Si puede beneficiarse de incorporar determinados hábitos, conductas o medicación. Pretendemos que la información nos permita diferenciar grupos en función de cómo evolucionan los pacientes”, comenta el investigador principal del Laboratorio de Patologías del Metabolismo y el Envejecimiento del IP Montevideo.

UN CÍRCULO VIRTUOSO

“Cuando hacemos investigación biomédica intentamos responder a problemas de patología humanas y lo que hacemos desde nuestro lado es utilizar modelos animales para intentar modelizar esa enfermedad”, explica Escande, consultado sobre la importancia del trabajo conjunto entre la investigación básica y el área clínica.

​

Precisamente, el Laboratorio de Patologías del Metabolismo y el Envejecimiento se dedica a estudiar enfermedades como la obesidad y la diabetes, pero lo hace en ratones, “lo que no deja de ser un modelo y otra especie respecto a la humana”, acota el investigador. Por eso, el trabajo de los científicos se enfoca en desafiar constantemente a sus modelos y encontrar si lo que ocurre en ellos también se verifica en pacientes para, así, contribuir a mejorar la salud de las personas.

 

“Lo que intentamos es generar un círculo virtuoso en el que la investigación básica alimente a la clínica, la ayude a mejorar. Pero esta, a su vez, necesita de un flujo continuo de información y colaboración con la clínica, que es donde está el verdadero problema”, expresa Escande.

 

Uno de los principales desafíos para los investigadores es que en el laboratorio trabajan bajo condiciones muy controladas. “Es un reto muy importante modelar una patología. Tener contacto con quienes la tratan día a día, quienes pueden ver qué funciona y qué no, nos sirve a los investigadores básicos como insumo para que podamos hacernos las preguntas correctas”, concluye.

EQUIPO DE INVESTIGADORES INVOLUCRADOS EN ESTE PROYECTO:

Institut Pasteur de Montevideo

  • Carlos Escande

  • José Badano

  • Lucía Spangenberg

  • Hugo Naya

  • Leonardo Santos​

Hospital Maciel:

  • Pablo Valsangiacomo

  • Mauro Perdomo

  • Gustavo Rodríguez

  • Gabriel Massaferro

  • Gustavo Bruno  

  • Andrea Vaucher

  • Mariana Patrone

mural completo soleado_edited.jpg
bottom of page